Instituto Andino de Artes de Populares (IADAP) de la Universidad de Nariño.
Este 11 de diciembre, en el Auditorio “Aurelio Arturo” El Instituto Andino de Artes de Populares –IADAP de la Universidad de Nariño llevó a cabo el Encuentro “El agua, una causa de todos: acueductos comunitarios en el Municipio de Pasto”. Evento que propició espacios de diálogo en torno a las experiencias para el manejo comunitario del agua, a las amenazas que actualmente se ciernen sobre este manejo y, sobre los procesos de organización y alianzas entre organizaciones sociales y académicos para el fortalecimiento y la defensa de los acueductos comunitarios en el municipio de Pasto.
Igualmente se realizó la exposición Fotográfica Memorias del Agua, del Instituto Andino de Artes Populares y El Colectivo Artístico e Investigativo Ciudad a Pata.
Homenaje y agradecimiento al Agua
“Estaba la niña Pacha sentada bajo un laurel,
con los pies en la quebrada mirando las aguas correr,
y en esas, pasó la vida y la hizo detener:
deténgase vida mía, ¿ha visto a mis hermanas?
ellas son grandes y esbeltas como usted,
¡calla, calla niña Pacha!
hablando con tus hermanas y sin poderlas conocer”
En el origen de todas las culturas siempre encontramos la veneración y el cuidado del agua. Líquido vital de todos los seres que habitamos la tierra: hombres, plantas y animales. La danza de la lluvia es uno de los ritos sagrados indígenas que acompasando diferentes ritmos, tambores, cantos, silbatos y energías, atraen musicalmente el agua para preparar y nutrir las siembras, para irrigar los ríos y los mares, fecundando y enflorando la vida.
Los dioses que protegen el agua son reverenciados como benefactores de la fertilidad, la salud y la juventud. Sin embargo, el culto al agua no sólo tiene como objeto a las deidades creadoras de la vida sino a aquellas que ayudan a mantenerla.
Nariño, nuestra comarca sureña es un emporio de agua: lagunas, paramos, pantanos, ríos, quebradas y arroyos que rehabilitan la vida incansablemente; divinidades genésicas y protectoras pueblan selvas y montañas.
El fluir de nuestra sangre artesana y humana está lleno de memorias acuíferas, el agua susurra viva en cada trazo y en su espíritu volvemos al mar, al vientre renacemos. Desgraciadamente hoy, en lugar de venerar y agradecer, se convierten quebradas y ríos en cloacas, o, como a todos los dones de la vida, nos disputamos el agua para usarla como mercancía.
A través de estas palabras y de nuestras obras emanamos conciencia y reconciliación y le rendimos un sentido homenaje. Llamamos a la transparente bendición para que se convierta en el espejo del espíritu del hombre y deje ver quienes realmente somos.
Colectivo de Artesanos IADAP
Fuente de la información: Udenar Periódico