Somos como el agua, la piedra y la espuma,
porque mientras el agua dice vámonos, la piedra
dice quedémonos y la espuma dice bailemos
Don Juan Chiles, del pueblo Pastos, 1700.
El agua siempre fue su elemento vital, en la danza recogía la simplicidad de las formas dadas al ojo humano y en su espiritualidad volvía la mirada a la introspección de lo heredado, por ello su trabajo fue una constancia de la ancestralidad actuante y presente, en el aquí y el ahora que desanda los pasos para llegar al origen líquido, como un frescor de humanidad en un mundo de miedo. Hoy, como todos los nariñenses, extrañamos la presencia física del maestro Baldomero Beltrán Guzmán, pero sentimos más que nunca su fuerza, como una constancia en el arte y la cultura de nuestro departamento de Nariño.
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