El Big Data, la inteligencia artificial y sus ramas (aprendizaje automático, aprendizaje profundo, lógica difusa, sistemas expertos, etc.) son componentes de algo más grande llamado Ciencia de Datos, la cual acompaña una de las revoluciones científicas más grandes de los últimos doscientos años. Esta revolución nos aporta una nueva y gran caja de herramientas de análisis de datos que fortalece nuestras investigaciones.
Pero, esta revolución, la cual en algo se ajusta a la estructura de lo que Thomas Kuhn definió como “cambios de paradigma científico”, radica no solo en las herramientas, sino también, en la forma misma de concebir la ciencia, ya que, estamos moviendo el foco desde las teorías hacia los datos como modelos de generación de conocimiento. En este paradigma, las predicciones importan más que las explicaciones, e incluso, se puede prescindir de estas. En palabras simples, estamos viendo el mundo más por la ventana de los datos, y menos por la de las teorías.
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