CARTA ABIERTA AL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE LA UDENAR
Quienes suscribimos esta misiva también fuimos estudiantes que de una u otra manera, nos formamos al calor del movimiento estudiantil de unos tiempos convulsionados de los años 70 y 80, con la exigente formación ideológica de cuadros que generó una gran dinámica colectiva de movilización, debate y confrontación sana y en ese contexto la teoría de las contradicciones que nos permitió identificar nuestros objetivos de lucha y distinguir a los verdaderos enemigos y construir paso a paso nuestras tácticas y estrategias, pero eso sí, salvaguardando siempre nuestra alma mater como un espacio sagrado del saber, de autonomía y democracia.
Estos principios han sido bitácora durante décadas, erigiendo una Universidad crítica, que hace ejercicio pleno de la autonomía y nos hemos convertido en un referente nacional de la democracia universitaria, que hoy más que nunca necesitamos defenderla y profundizarla.
Entendemos que estos son otros tiempos, de crisis de paradigmas especialmente de crisis ideológica y política en un contexto de posmodernidad, donde el pensamiento débil es su rasgo prevalente, y las motivaciones e intereses de la mayoría de los jóvenes se han diluido en un marasmo de indefiniciones y extravíos y en un marco relevante de apatía se abre paso un nuevo movimiento estudiantil con más pragmatismo que ideología.
Nos indignó los hechos del 22 de marzo, donde un pequeño grupo que se apropia la dirección de un operativo absolutamente equivocado contra la misma universidad y sus directivas, irrumpe en el bloque administrativo con epítetos groseros y amenazas de muerte a los directivos, que rayan con el vandalismo y que posteriormente la mayoría de grupos estudiantiles rápidamente se demarca de ese comportamiento grotesco; rechazando esas actitudes, lumpescas, denuncia enérgica que se acompañó sin ambages por parte de profesores y trabajadores.
Asistimos a una metamorfosis de actitudes e interés de grupos selectivos que transforman espacios por ejemplo como la plaza fuchi, otrora, ágora revolucionaria, convertida hoy en un lugar de rumbas y lunadas con el liderazgo equivocado de estos grupos minoritarios que justifican el libre desarrollo de la personalidad al calor del chapil y sustancias psicoactivas, con el trasfondo de una música que ha mutado de una música protesta siempre inspiradora y reflexiva a otra del despecho que provoca el desazón y la borrachera, transformando la imagen crítica de una universidad pública y participativa en su antítesis.
Vemos estupefactos cómo los petos y las piedras ya no se lanzan hacia el exterior del campus contra policías y autoridades que dicen rechazar, sino contra los mismos estamentos al interior de la universidad, como muestra de su resentimiento e incapacidad de convocar menos aún dirigir a una masa que no les copia, en una clara demostración de su extraviada táctica y absoluta ausencia de objetivos y principios.
Sabemos de la presencia de verdaderos líderes y organizaciones estudiantiles con estatus políticos que pueden y deben deslindar campo con estas incorrectas actitudes que corresponde a un sector resentido que no soportó la derrota en las elecciones anteriores y que como malos perdedores han emprendido una estrategia de desacreditar a la administración y sobre el supuesto desprestigio de la dirección para iniciar su campaña electoral por la rectoría que siempre aspiraron a conseguirla a cualquier precio tal como lo intentaron en esa navidad trágica de 2.020.
Entendemos que existen fallas y debilidades académicas y administrativas que deben superarse, pero solo los canales de expresión civilistas con los mecanismos pacíficos nos conducirán al mejoramiento de nuestra universidad que nos pertenece a todos y no como equivocadamente lo divulgan en un póster “esta universidad es de los estudiantes”.
Es una paradoja que nuestra alma mater tenga que confrontar intenciones de acabar con la democracia interna en una coyuntura nacional de cambio en el ámbito universitario, donde muchos de nuestros esfuerzos están dirigidos a presentar propuestas de reforma a la Ley 30 y a todo el sistema universitario estatal, como un objetivo de lucha estratégico y estructural.
Nuestro llamado siempre fraternal a los estudiantes a recuperar y vigorizar el glorioso movimiento estudiantil para defender la institucionalidad seriamente lesionada por estos actos violentos provocados por este reducto, y los convocamos a rectificar su accionar demostrando su capacidad autocrítica, asumir con autonomía e identidad su lucha sin la manipulación de fuerzas externas que solo pretende generar el caos para pescar en río revuelto en una universidad que históricamente sus estamentos no permitiremos que socaven su autonomía y democracia.
Con nuestra autocrítica en el descuido de la formación de la cultura política, les ofrecemos nuestro concurso para repensar el movimiento universitario en un marco de respeto y deliberación plural con el único propósito de seguir construyendo y profundizando nuestros principios misionales definidos democráticamente en el espacio de deliberación colectiva como es la Asamblea Universitaria, pensando en una región que espera mucho de nuestra institución.
Invitamos a empeñar toda nuestra energía a aportar desde el sur rebelde a materializar nuestros sueños de defender la educación pública, continuar la construcción de una Universidad crítica, pertinente y transformadora que le aporte al buen vivir de nuestra región en un ambiente de armonía y paz total como todos los colombianos queremos vivir.
San Juan de Pasto, abril de 2023.
Cordialmente;
ASOCIACIÓN DE SINDICAL DE PROFESORES UNIVERSIDAD DE NARIÑO – ASPUNAR
Francisco Ocaña
Presidente
ASOCIACIÓN DE PROFESORES CATEDRÁTICOS UDENAR- ASPROCAT
Ignacio Garcés
Presidente