Economía cultural, creativa o los múltiples colores de la naranja
La identidad de los pueblos, de una sociedad o de las personas se ha mitificado, hasta el punto de atribuirle poderes mágicos en torno a la posibilidad del ser humano de reconocerse como tal, ante la tragedia de ser absorbido como una mercancía más en un mundo económico, cuyo propósito es el oro y el poder, que ha degenerado en el poder del oro y el oro del poder.